Mi primer escritorio fue una mesa de camping
Arrancaba la decada de 1990 y las PCs eran protagonistas emergentes. Tenía 21 años, hacia muy poco tiempo nos habiamos casado con mi compañera de vida y viviamos juntos los tres con nuestro primer hijo.
En el transcurso de mi educación como Analista de Sistemas, encontré trabajo en una distribuidora de Arcor. Arrancaba la decada de 1990 y las PCs eran protagonistas emergentes. Tenía 21 años, hacia muy poco tiempo nos habiamos casado con mi compañera de vida y viviamos juntos los tres con nuestro primer hijo. Tenia muchas ganas de aprender y estaba a punto de sumergirme en un mundo lleno de cambios y oportunidades.
La Transición de la PC XT a la AT
En medio de este momento incipiente de la tecnología, un evento marcó un paso significativo hacia mi futuro como programador. La distribuidora en la que trabajaba decidió dejar atrás la PC XT para dar la bienvenida a la flamante PC AT, que recién estaban debutando en Argentina. Afortunadamente, me brindaron la posibilidad de adquirir la vieja máquina XT a través de cuotas descontadas de mi salario.
De la Mesa de Camping a la Tecnología Moderna
Mi primera PC XT significó un salto importante desde mi confiable Commodore 64. Sin embargo, la falta de un escritorio no era un obstáculo para mi entusiasmo. Mis padres me prestaron una mesa de camping, una simple estructura de patas plegables, de esas que son tipo valija y vienen con los banquitos. Esa mesa, la de camping, se convirtió en mi primer escritorio tecnológico. Fue en este improvisado espacio que comencé a explorar el mundo de dBase III y Clipper.
Por las siestas y de noche dedicaba mis horas a aprender. A aprender en un mundo en el que no habia Youtube, ni plataformas de educación a distancia y tan solo algunas universidades que todavia no contaban con PC y un libro de dBase que habia comprado en un viaje a Buenos Aires y recuerdo que me resultó tan costoso como la PC.
Aventuras Cercanas al Suelo
Acompañando mi proceso de aprendizaje se encontraba mi hijo de un año, quien estaba aprendiendo a caminar. Sin embargo, su curiosidad y exploración infantil no siempre se alineaban con mi entorno de trabajo. En un giro inesperado, durante una tarde tranquila, el pequeño decidió lanzarse hacia el teclado de la PC. El impacto desencadenó un momento de tensión mientras la pata de la mesita de camping se tambaleaba y amenazaba con un colapso total. Los más antiguos recordarán el peso de aquellos viejos PC XT con monitor de tubo ambar.
Por suerte, mi agilidad previno un desastre mayor. Alcanzando el lugar justo en el momento justo, pude evitar que mi flamante vieja PC se estrellara en el suelo y lastimara al niño.
Improvisación Creativa y Fronteras de Protección
Este incidente me llevó a reconsiderar la seguridad de mi espacio de trabajo. En los días siguientes, junto a mi esposa, ideamos una solución ingeniosa: construir una especie de barrera protectora alrededor de mi computadora. Utilizando sillas como ladrillos, creamos un "paredón" que rodeaba tanto la PC como mi improvisado escritorio. Este pequeño fortín hogareño tenía un propósito doble: mantener a salvo la tecnología y brindar a mi hijo un límite claro entre la curiosidad y la necesidad de precaución.
De la Improvisación a la Innovación
Mi primer PC XT y el humilde escritorio "de camping" resaltan cómo la pasión por la tecnología nos impulsa a encontrar soluciones, incluso en las circunstancias más singulares. Desde esta perspectiva, mi camino hacia la tecnología se volvió una aventura donde cada desafío y logro se convirtieron en piezas fundamentales de mi crecimiento personal y profesional.