¡Si programas de noche no llegan los reyes magos!
Mi experiencia en aquel Día de Reyes me recordó la importancia de mantener promesas y equilibrar el trabajo con la vida personal.
Después de atravesar la agitación de la crisis en Argentina en 2001/2002, mi vida laboral tomó un giro inesperado. Comenzé a trabajar en forma remota para agencias españolas. Las distancias se reducían por medio de Skype y el correo electrónico, permitiéndome colaborar desde la comodidad de mi hogar. Sin embargo, la diferencia horaria y mi concentración intensa me llevaron a un dilema que marcaría un día de reyes inolvidable para nuestra familia.
Un Nuevo Horario para Nuevas Oportunidades
La adaptación a un nuevo horario era esencial para cumplir con los proyectos y responsabilidades que tenía con las agencias españolas. Para evitar las madrugadas, opté por una solución: comenzar a programar a medianoche y trabajar de corrido hasta el mediodía. Esta rutina me permitía sincronizarme con el horario de España y mantenerme productivo durante las horas en que mi concentración estaba en su punto máximo.
La Promesa a Mis Hijos
Sin embargo, el Día de Reyes se avecinaba, una fecha mágica y especial para mis hijos más pequeños. Uno de mis hijos me advirtió esa noche: Pa, ¡Si programas toda la noche, no van a llegar los Reyes Magos!
Les prometí que esa noche terminaría temprano para asegurarme de que pudieran llegar sus regalos sin obstáculos. La promesa estaba hecha, y mi compromiso con ellos era sólido.
Atrapado en la Concentración
Pero la programación me absorbió, y mi sentido del tiempo se evaporó. Las horas pasaban volando mientras me sumergía en mi trabajo, olvidando mi promesa y la importancia del día que se avecinaba. Mis noches programando en PHP/Mysql, dando los primeros pasos en Node.js, levantando ecommerces con Magento o Woocommerce eran únicas.
Una Sorpresa Matutina
Cuando llegó la mañana del Día de Reyes, mis hijos más pequeños se levantaron llenos de emoción y expectativas. Corrieron hacia el árbol de Navidad, pero en lugar de regalos, encontraron a su padre absorto en su labor. La desilusión en sus rostros me hizo despertar de golpe.
Aprendiendo una Lección Valiosa
Comprendí en ese momento que había dejado que la tecnología y el trabajo nublaran mi compromiso con mis hijos. Sentí un peso en el corazón al ver la tristeza en sus ojos y darme cuenta de que había fallado en cumplir mi promesa.
El Amor Sana Errores
Decidí tomar medidas para enmendar mi error. Les pedí disculpas y les dije que los Reyes Magos estaban en camino, pero necesitaban un poco más de tiempo. Les propuse que regresaran a dormir por un rato más y me recosté también.
Esa mañana, los Reyes Magos dejaron sus regalos y la sonrisa en los rostros de mis hijos era un recordatorio constante de que el amor y el equilibrio son cruciales, incluso en un mundo dominado por la tecnología.
Conclusión: La Importancia de Mantener Promesas
Mi experiencia en aquel Día de Reyes me recordó la importancia de mantener promesas y equilibrar el trabajo con la vida personal. Aunque la tecnología puede brindarnos oportunidades y conexiones, es nuestra responsabilidad no dejar que eclipse los momentos especiales con nuestros seres queridos. Aquel día fue una lección de amor, equilibrio y la relevancia continua de las conexiones humanas en un mundo cada vez más digital.